No podía dormirme pensando que ya era día trece, que mañana muchos me felicitaran y yo solo pensaré en ti princesita.
No me había pasado antes con ninguna otra persona, me dejaste marcada y son muchos los días en los que pienso en ti. ¿Sabes que recuerdo? Los días que pasaba en tu casa, hace ya tanto, cuando me entretenía en jugar un ratito contigo entre todos aquellos juguetes que tenias tirados por el suelo, en como te reías cuando te levantaba por los pies y te dejaba boca a bajo, también recuerdo como cogías el teléfono y con escucharme sabias que era yo llamando a tu hermana. Llegué a querer a tu familia como parte de la mía y eso te incluía a ti.
Pero nunca he sabido reaccionar y me duele saber que no me viste ni una sola vez a tu lado, que fui cobarde como siempre ante estas cosas.
Es tarde para lamentar nada, prefiero eliminar esos pensamientos hoy y dejar en mi cabecita esos que tantas veces me invaden. Todos saben que no soy nada creyente, pero desde que nos dejastes he visitados varias catedrales y cada vez que escucho un coro o veo una de las cientos de velas brillar te recuerdo a ti. Me gusta imaginarte como algo brillante, como una de esas velas o como parte de alguna estrellita. Mañana noche cuando camine hacia casa como siempre se que no podré evitar andar con la mirada fija en el cielo.
Eres especial por ti sola y viendo cuanta gente te hecha de menos y te sigue queriendo solo lo confirma. Un beso enorme Princesa P.